VT 1 | Jardín Botánico y orla forestal de Gijón

VT 1 | Jardín Botánico y orla forestal de Gijón

18JunTodo el díaVT 1 | Jardín Botánico y orla forestal de GijónJardín Botánico y orla forestal de Gijón

Detalles del evento

VIAJE 1 – JARDÍN BOTÁNICO Y ORLA FORESTAL DE GIJÓN

FICHA TÉCNICA

OFERTA DE NÚMERO DE PLAZAS: 50

RESPONSABLES DE RUTA Y PARADAS: Borja Jiménez-Alfaro (director del Equipo Científico del JBA, Universidad de Oviedo);  Luis Carlón (conservador Científico del JBA, Universidad de Oviedo); Marta Nosti Montes (jefa del Servicio de Parques y Jardines, Ayuntamiento de Gijón), Daniel Roces Argüelles (técnico del Arco Medioambiental, Ayuntamiento de Gijón) y Tomás J. Fernández Velilla (director del Jardín Botánico Atlántico, Ayuntamiento de Gijón).

PROGRAMA:

9:30 h – SALIDA. Aparcamiento del estadio El Molinón

Parada técnica 1 Jardín Botánico Atlántico de Gijón y Carbayera del Tragamón.

Comida.

Parada técnica 2 – Parque de Deva, adecuación recreativa.

18:00 h – Regreso a Palacio de Congresos.

18:30 h – LLEGADA. Palacio de Congresos.

DESARROLLO DEL VIAJE

Introducción

Los conocidos como bosques periurbanos o espacios naturales próximos a las ciudades, o situados en su interior, han aumentado su interés a la par que la población urbana ha crecido hasta alcanzar una cifra cercana al 80% de la población total española.

Estos espacios, al igual que los montes o territorio forestal, son multifuncionales. Algo que les caracteriza es que las funciones de abastecimiento, dentro de los cuatro grupos de servicios ecosistémicos (abastecimiento, acogida, regulación y sociales) no tienen razón de ser, siendo las tres restantes funciones de gran trascendencia, con semejante importancia  en las tres.

Los bosques periurbanos sirven, de modo simultáneo, para: acoger biodiversidad; regular el ciclo hidrológico y la composición de la atmósfera (restando contaminantes y CO2, aportando O2); dar empleo, actividades recreativas, conocimiento científico y educación ambiental.

La experiencia acumulada por la ciencia y la técnica forestales, en desarrollar una gestión multifuncional y sostenible es aplicable, a través de lo que se puede denominar selvicultura urbana, a la gestión de estos espacios.

Al no existir aprovechamientos, la financiación completa de la gestión de los bosques periurbanos debe ser asumida por fondos públicos. En este sentido el Ayuntamiento de Gijón, como se podrá comprobar en las dos paradas que componen este viaje técnico del 9º Congreso Forestal Español, ha venido aportando todo lo necesario, técnica, personal y fondos, para instalar y mantener dos notables ejemplos.

DESARROLLO DEL VIAJE

PARADA JARDÍN BOTÁNICO ATLÁNTICO. Duración: de 10.00 a 13.30 horas

Borja Jiménez-Alfaro y Luis Carlón

El Jardín Botánico Atlántico es un museo vegetal inaugurado en abril de 2003, concebido para estudiar, conservar y dar a conocer la flora y vegetación del Atlántico norte. Se trata del primer Jardín Botánico del noroeste de la península Ibérica y destaca por su planteamiento, moderno y no generalista, basado en colecciones especializadas de flora. Sus líneas de trabajo se centran en la promoción de actividades y servicios, de ámbito científico, educativo, turístico y cultural, destinados a la conservación y divulgación del patrimonio vegetal y natural.

Entrada al Jardín Botánico Atlántico de Gijón

El Botánico es un proyecto de 25 hectáreas de las que 19 ya son visitables. En su diseño se aprovecharon los valores ya existentes en el terreno, incorporándose a las colecciones el Jardín histórico de La Isla y dos magníficos bosques naturales que habían sobrevivido a la expansión urbana de la ciudad de Gijón: la Aliseda del río Peñafrancia y La Carbayera de El Tragamón, un bosque excepcional de robles centenarios. Las colecciones se completan con el entorno de la Quintana de Rionda, una casería tradicional asturiana y el pabellón expositivo dedicado a Carlos Linneo, además del área infantil El Bosque del Cuélebre, y un divertido laberinto de laurel.

El Jardín cuenta con 1.724 especies de plantas, incluidas subespecies y variedades. De todas ellas, 1322 son especies que pertenecen a colecciones y 402 son espontáneas.

Las colecciones de planta viva se organizan en cuatro áreas temáticas que utilizan al océano Atlántico como hilo conductor y además, mantiene y gestiona dos colecciones de biodiversidad: un Banco de Germoplasma que conserva semillas de especies prioritarias para la conservación en Asturias, y especies indicadoras de hábitats naturales de interés; y un Herbario, un recurso básico para el conocimiento de la flora ibérica. Alberga material histórico del padre Manuel Laínz, destacado botánico español del S XX, que impartió docencia sobre botánica en la cercana Universidad Laboral de Gijón.

Las cuatro áreas temáticas que vertebran el Botánico son:

Entorno Cantábrico: Se recrean ecosistemas propios del Cantábrico. Un sector reúne la diversidad forestal mediante la recreación de los bosques, matorrales y praderas. Otro sector recrea comunidades no forestales, desde ecosistemas costeros (playas, dunas, acantilados y marismas cantábricas), hasta la alta y fría montaña cantábrica, pasando por turberas y tremedales y una colección de helechos cantábricos.

Factoría Vegetal: Se dedica a los usos que las sociedades humanas han dado a las plantas, a ambas orillas del Atlántico Norte y en cómo el intercambio de plantas entre estos territorios (el Viejo Mundo y el Nuevo Mundo) ha modificado su gastronomía, su paisaje y su cultura. Existe un amplio espacio dedicado a los frutales y a los huertos, ya que la alimentación ha sido un uso principal. También hay colecciones de plantas medicinales, melíferas, especias y aromáticas, para elaborar tejidos, tintes o perfumes, y otras con un marcado simbolismo cultural y religioso. En esta zona se encuentra la Quintana de Rionda, una antigua casería tradicional asturiana con edificios singulares como una panera, un molino o un llagar que alberga una pequeña colmena expositiva de observación.

Panera en el Jardín Botánico Atlántico de Gijón

Jardín de La Isla: Es un jardín romántico de finales del s. XIX, catalogado como Jardín Histórico, fue ideado por el industrial gijonés Florencio Valdés y él se integra la belleza de la flora ornamental con el simbolismo del agua. La conservación del trazado original permite apreciar elementos básicos en la jardinería de los últimos años, y disfrutar de un fabuloso patrimonio de árboles centenarios de orígenes diversos, túneles, pérgolas, estatuas y estanques.

La magnífica alineación de plátanos de sombra, que conservan un gran porte gracias a la ausencia de podas periódicas, habituales en los ejemplares de esta especie usados como ornamentales en el arbolado urbano.

Alineación de plátanos en el Jardín de la Isla

Una excelente colección de coníferas, en la pradera de La Isla. Destacan varias especies de cedros originarias de las montañas del Atlas, del Líbano y del Himalaya y un ejemplar de ciprés de Portugal.

La restauración de este espacio se ha visto enriquecida con colecciones de planta ornamental representativa de los jardines de la España templada, como camelias, rododendros, bulbosas o plantas orientales.

Itinerario Atlántico: Un recorrido por los paisajes vegetales (Biomas) de ambas orillas del Atlántico Norte. Se trata del área con mayor extensión del Botánico y en ella actualmente son visitables los bosques Templados de Europa y la recreación de los biomas Boreales europeo y americano.

La integración como colección botánica de varias formaciones naturales de bosque preexistentes ha dado forma al bioma templado europeo. Estos bosques naturales son un valor añadido al marco conceptual y paisajístico del Jardín. Entre estos bosques nativos podemos recorrer dos bosques de ribera: una aliseda madura que destaca por su buen estado de conservación (la aliseda del Peñafrancia) y un fragmento de aliseda pantanosa, bosque muy particular y escaso en el medio natural cantábrico. Completan la colección un bosque mixto que sorprende por su gran diversidad de especies arbóreas, y un viejo bosque de carbayos. Esta carbayera cuenta con dos facetas de bosque bien diferenciadas: una de bosque natural sin apenas manejo, y otra catalogada como espacio protegido del Principado de Asturias, el Monumento Natural de la Carbayera del Tragamón, un singular bosque de árboles centenarios con apariencia de dehesa como consecuencia del manejo sostenible que, ancestralmente, se practicaba en estos carbayos, cuyas ramas se cortaban para leña, y sus hojas y bellotas permitían alimentar al ganado. El recorrido incluye además la recreación de un bonito hayedo de montaña.

Carbayera de El Tragramón

En el bioma boreal europeo se han recreado los bosques característicos de la taiga boreal, dominados por árboles de hoja perenne como el abeto rojo y pino silvestre. Pero también hay formaciones de hoja caduca, como los abedulares que representan el límite del bosque en las montañas boreales y los bosques de carbayo y carpe, que sobreviven en las zonas más térmicas de estos fríos territorios. En el bioma boreal americano se representan algunas de las comunidades y ecosistemas característicos de la zona boreal americana, desde la costa este de Canadá hasta las Montañas Rocosas, con mucha más diversidad vegetal que su homónima europea. Entre las colecciones de bosques encontraremos formaciones de pino gris que crecen sobre unos suelos graníticos muy peculiares y bosques de picea negra propios de las zonas más húmedas, altas y frías de Norteamérica.

PARADA PARQUE DEL MONTE DE DEVA. Duración: de 16.00 a 18.00 horas

Marta Nosti Montes y Daniel Roces Argüelles

El Parque Forestal Monte Deva, situado al este del Concejo de Gijón/Xixón, abarca una superficie superior a las 200 hectáreas de terrenos de titularidad municipal, distribuidos entre las parroquias de Caldones, Santurio y Deva.

El monte alberga masas forestales de eucalipto y pino, así como áreas de bosque mixto atlántico, matorral y praderas. Asimismo, dispone de diversas infraestructuras destinadas al uso público: áreas recreativas, un centro de interpretación de la naturaleza, un apiario didáctico y un observatorio astronómico, todos ellos interconectados mediante una extensa red de caminos. En su cota más elevada se conservan vestigios arqueológicos, entre los que se incluyen estructuras tumulares y una antigua cantera, datadas en el periodo Neolítico.

Vista aérea del Parque del Monte de Deva. Al fondo la ciudad de Gijón

En el año 1932, con el propósito de proteger el monte frente a posibles apropiaciones indebidas y contribuir a la mejora de la economía local, el Ayuntamiento de Gijón suscribió un consorcio con la Diputación Provincial de Asturias. Dicho acuerdo tenía por objeto la repoblación, explotación y gestión de 110 hectáreas de montes rasos comunales. En los años posteriores, se llevaron a cabo plantaciones de pino y eucalipto.

A mediados de la década de 1980, como respuesta a los profundos cambios sociales e industriales que había experimentado la ciudad, así como a la creciente demanda ciudadana de espacios naturales para el ocio, se promovió un cambio de modelo en la gestión del monte. Esto supuso el abandono del enfoque puramente forestal-productivo en favor de una gestión orientada a la conservación ambiental, incorporando al parque otras 100 hectáreas de propiedad municipal. El objetivo principal de esta nueva estrategia fue la sustitución progresiva de las especies como el eucalipto, por especies arbóreas autóctonas, fomentando la recuperación de la biodiversidad y reorientando los usos del espacio hacia funciones recreativas y educativas.

En el mantenimiento del Parque del Monte de Deva se mantiene un aprovechamiento pastoral

Se desarrollan múltiples actuaciones en el marco de este nuevo modelo de gestión. Se rehabilitó una antigua casa asturiana con panera para albergar el apiario municipal, concebido como espacio divulgativo sobre la apicultura y el papel ecológico de las abejas. Asimismo, se construyó un observatorio astronómico y se habilitaron tres áreas recreativas dotadas con mobiliario, barbacoas, juegos infantiles y fuentes de agua potable. También se llevaron a cabo campañas de excavación arqueológica en la necrópolis neolítica y se iniciaron plantaciones de especies autóctonas —como roble, abedul, acebo o fresno— en las parcelas no integradas en el consorcio.

En el año 2002, se inauguró el Centro de Interpretación de la Naturaleza (CIN) del Monte Deva, tras la restauración integral de una casona tradicional asturiana. Esta instalación se concibió como un espacio polivalente para el desarrollo de actividades de educación ambiental. El centro dispone de recepción de visitantes, biblioteca, sala de exposiciones, sala de usos múltiples, comedor y cocina. Su programación incluye talleres, itinerarios didácticos y actividades dirigidas tanto al público escolar como al general.

Centro de Interpretación de la Naturaleza (CIN) del Monte Deva

En la actualidad, una vez formalizada la disolución del consorcio, el Ayuntamiento trabaja en la elaboración de un plan director que establecerá las directrices para culminar la transformación del monte. Entre los principales objetivos de dicho plan se encuentran la eliminación progresiva de las aproximadamente 40 hectáreas de eucalipto aún existentes y su sustitución por bosque autóctono, así como la puesta en valor y adecuación de los elementos naturales, históricos y culturales presentes en el entorno, todo ello en consonancia con las nuevas demandas sociales en materia de uso y disfrute del espacio natural.

Tiempo

18 de Junio de 2025 Todo el día